Todos los hombres del Intendente


El título recuerda la célebre película basada en el escándalo Watergate pero en nuestro caso refiere a los hechos acaecidos en la Junta Departamental de Rivera que terminaron con el procesamiento de 21 ediles blancos y colorados y que en opinión del Frente Amplio no fueron de responsabilidad apenas de quienes delinquieron y fueron procesados sino de los respectivos partidos políticos. El Frente Amplio sostuvo esta postura desde el inicio, apenas cuando se empezaban a dar los primeros procesamientos y aún cuando pudiera haber algún edil de nuestro partido implicado en el affaire. El segundo punto de la declaración de la Mesa Política Departamental del 22 de febrero de 2006 referida al tema consignaba: “remarcar la responsabilidad de los partidos políticos y sus dirigentes ante la conducta de cada uno de sus representantes”.
Los partidos tradicionales, como nos tienen acostumbrados, deslindaron inmediatamente responsabilidades de cualquier índole más allá de que el volumen de la maniobra en cuánto a la cantidad de ediles implicados debió suponer que el hecho fuera por lo menos sospechado por sus dirigentes. De inmediato se puso a votación la derogación del reglamento para el pago de gastos de representación a los ediles como si el culpable fuera el reglamento. El operativo tenía por objetivo apaciguar a la opinión pública. Ya habría tiempo para aprobar más adelante otro reglamento cuando las aguas volvieran a su cauce. La anécdota tragicómica de esa sesión de la junta fue cuando un edil oficialista, apenas votada la derogación del reglamento anterior preguntaba en plena sesión si ya se estaría proponiendo el nuevo reglamento que les permitiera cobrar sus haberes. El pobre no había entendido la jugada y no fue necesario que desde la oposición se le dijera nada, el propio Walter Riesgo (edil colorado, pero no del sector de Viera) reaccionó vehementemente ante su correligionario y la bancada del Intendente. .
Volviendo al tema de las responsabilidades, el mismo Intendente Viera asumió públicamente que la lista de su sector a la Junta había sido confeccionada por él mismo lo cual mas allá del indicio de la escasa cultura democrática interna de su partido debería hacerlo reflexionar sobre las responsabilidades ulteriores a la luz de lo sucedido.
Traigo nuevamente este tema a luz ya que resultan sugerentes las declaraciones de uno de los ediles colorados procesados que fuera publicada en la sección en español del periódico santanense A Platéia en el mes de junio. En dicha nota el periodista manifiesta que “Mientras algunos (ediles procesados) optaron por hacer caso omiso a las resoluciones partidarias y retornar a la actividad política, otros no retornaron a la Junta pero mantienen un contacto fluido con el Partido”.
Lo más grave se menciona más adelante en la misma nota con palabras textuales de uno de los ediles procesados: Edervil Chagas de la lista 292000 del Partido Colorado. ,“Chagas exhibió un recibo donde se acredita una contribución de $1000 mensuales a la Agrupación 292000, afirmando "ese era el destino que le daba al dinero". Adelantó que el documento lo presentará a la justicia, "para que se agregue al expediente", también lo enviará a medios de prensa de Montevideo y "a las autoridades del Partido para que sepan que hacía con el dinero". A buen entendedor, lo que el edil deja entrever en sus declaraciones al periodista es que el esquema estaba armado para financiar al partido, lo que difícilmente pudiera ocurrir sin el conocimiento de sus autoridades, máxime dada la forma organizativa de los mismos donde poco o nada se hace sin que pase por los “caudillos”. La frutilla de la torta es la velada amenaza a sus propios dirigentes que el artículo de prensa consigna así: -Chagas, muy molesto por la actitud de los dirigentes de la Agrupación 292000 asegura que tiene "otros documentos que demuestran cosas que pueden sorprender a más de uno".
Desconozco si de hecho el edil presentó esos documentos a la justicia ya que podrían significar una confesión de su propia culpa. Lo cierto es que estabamos en lo cierto cuando advertimos que las responsabilidades eran del sistema político, responsables por omisión, aunque hay motivos para sospechar que en el caso de algunos hay implicaciones directas.


J. Fabián Fontoura Cairello

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